Amo esos abrazos que hacen que las tristezas se vayan del cuerpo. Me gustan los abrazos que aunque no resuelven nada son un modo de decirle a la adversidad que no van a poder con nosotros.
Adoro esos abrazos que recomponen mis partes rotas, esos que alejan la soledad y que me llenan de alegría. Porque cuando me abrazan con tanta fuerza que parece que quisieras romperme, en verdad me están arreglando.
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